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24 de junio de 1974.
El verdadero fascismo
y por tanto el verdadero
antifascismo

24 giugno 1974.
Il vero fascismo
e quindi il vero
antifascismo
Scritti corsari, Garzanti, Milano 1975
[Ora in Saggi sulla politica e sulla societ?, Meridiani Mondadori, Milano 1999]
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24 de junio de 1974. El verdadero fascismo
y por tanto el verdadero antifascismo *

?Qu? es la cultura de una naci?n? Corrientemente se cree, incluso por parte de personas cultas, que es la cultura de los cient?ficos, de los pol?ticos, de los profesores, de los literatos, de los cineastas, etc.; es decir, que es la cultura de la intelectualidad. Pero no es as?. Ni tampoco es la cultura de la clase dominante que precisamente a trav?s de la lucha de clases intenta imponerla al menos formalmente. Finalmente, tampoco es la cultura popular de obreros y campesinos. La cultura de una naci?n es el conjunto de todas estas culturas de clases: es el total de todas ellas. Y ser?a abstracta si no fuera reconocible -o, mejor dicho, visible- en lo vivido y en lo existencial, y si consecuentemente no tuviera una dimensi?n pr?ctica. Durante muchos siglos, en Italia, estas culturas se han distinguido aunque hist?ricamente hayan estado unificadas. Hoy -casi de repente, en una especie de Advenimiento- la distinci?n y la unificaci?n hist?ricas le han cedido el puesto a una homologaci?n que realiza casi milagrosamente el sue?o interclasista del viejo Poder. ?A qu? es debida tal homologaci?n? Evidentemente a un nuevo Poder.?
???? Escribo ? Poder? con P may?scula -algo que Maurizio Ferrara acusa de irracionalidad, en la Unit? (12-6-1974)- , s?lo porque no s? en qu? consiste este nuevo Poder y qui?n lo representa. Tan s?lo s? que existe. Ya no lo reconozco en el Vaticano, ni en los Poderes democristianos, ni en las Fuerzas Armadas. Tampoco lo reconozco ya en la gran industria, porque ya no est? constituida por un cierto n?mero limitado de grandes industriales: a m?, al menos, me parece m?s bien como un todo (industrializaci?n total), y, adem?s, como un todo no italiano (transnacional).?
???? Tambi?n conozco -porque las veo y las vivo- algunas caracter?sticas de este nuevo Poder que a?n no tiene rostro; por ejemplo, su rechazo de las viejas tendencias reaccionarias y del viejo clericalismo, su decisi?n de abandonar a la Iglesia, su determinaci?n (coronada por el ?xito) de transformar a los campesinos y a los subproletarios en peque?os burgueses, y sobre todo su anhelo, que parece c?smico, de llevar a cabo hasta el final el ?desarrollo?: producir y consumir.?
???? La identikit de este rostro a?n en blanco de este nuevo Poder le atribuye vagamente rasgos ?modernos?, debidos a la tolerancia y a una ideolog?a hedonista perfectamente autosuficiente: aunque tambi?n tiene rasgos feroces y sustancialmente represivos: la tolerancia en realidad es falsa porque la verdad es que nunca ning?n hombre ha tenido que ser tan normal y conformista como el consumidor; y en cuanto al hedonismo, ?ste encubre evidentemente una decisi?n de preordenarlo todo con una crueldad jam?s conocida por la historia. De modo que este nuevo Poder a?n no representado por nadie y debido a un ?cambio? de la clase dominante, es en realidad -si queremos conservar la vieja terminolog?a- una forma ?total? de fascismo. Pero este Poder tambi?n ha ?homologado? culturalmente a toda Italia: se trata, pues, de una homologaci?n represiva, aunque se haya obtenido a trav?s de la imposici?n del hedonismo y de la joie de vivre. La estrategia de la tensi?n es una se?al, aunque anacr?nica, de todo esto.?
???? Maurizio Ferrara, en el art?culo mencionado (as? como tambi?n Ferrarotti, en Paese Sera, 14-6-1974) me acusa de estetismo. Y con esto tiende a excluirme, a encerrarme. Bien, mi visi?n puede ser la de un ?artista?, o, como pretende la burgues?a, la de un loco. Pero, por ejemplo, el hecho de que dos representantes del viejo Poder (que ahora en realidad sirven, aunque interlocutoriamente, al nuevo Poder) se hayan atacado respectivamente a prop?sito de las financiaciones a los partidos y del caso Montesi, tambi?n puede ser una buena raz?n para hacer enloquecer: es decir, desacreditar tanto a una clase dirigente y a una sociedad, a los ojos de un hombre, como para hacerle perder el sentido de lo oportuno y de los l?mites, lanz?ndolo a un aut?ntico estado de sensaci?n de falta de leyes o de organizaci?n social. Y hay que a?adir que se tiene que tomar en consideraci?n la visi?n de los locos: a no ser que se quiera ser muy avanzado en todo menos en el problema de los locos, limit?ndose c?modamente a sac?rselos de encima alej?ndolos.?
???? Hay algunos locos que se fijan en los rostros de la gente y en su comportamiento. Aunque no como ep?gonos del positivismo lombrosiano (como toscamente insin?a Ferrara), sino porque conocen la semiolog?a. Saben que la cultura produce c?digos, que los c?digos producen el comportamiento, que el comportamiento es un lenguaje y que en un momento hist?rico en que el lenguaje verbal es del todo convencional y esterilizado (tecnificado), el lenguaje del comportamiento (f?sico y m?mico) adquiere una importancia decisiva.?
???? Volviendo al principio de nuestra argumentaci?n, me parece que hay buenas razones para sostener que la cultura de una naci?n (Italia por ejemplo) se expresa hoy sobre todo a trav?s del lenguaje del comportamiento, o lenguaje f?sico, m?s un cierto porcentaje -completamente convencional y tremendamente pobre- de lenguaje verbal.?
???? Es a dicho nivel de comunicaci?n ling??stica que se manifiestan: a) el cambio antropol?gico de los italianos; b) su completa homologaci?n a un modelo ?nico.?
???? O sea, decidir dejarse crecer el pelo hasta los hombros, o cortarse el pelo y dejarse crecer bigote (al estilo novecentista); decidir ponerse una cinta en la cabeza o un gorro hasta los ojos; decidir si so?ar con un Ferrari o con un Porsche; seguir atentamente los programas televisivos; conocer los t?tulos de algunos best-sellers; vestirse con pantalones y camisetas rabiosamente de moda; tener relaciones obsesivas con chicas que se quiere tener al lado como adorno pero pretendiendo a la vez que sean ?libres?, etc., etc., etc.: todos ?stos son actos culturales.?
?Ahora, todos los italianos j?venes cumplen estos mismos actos, tienen este mismo lenguaje f?sico, son intercambiables; es algo tan viejo como el mundo, si se limita a una clase social, a una categor?a; pero el hecho es que estos actos culturales y este lenguaje som?tico son interclasistas. En una plaza llena de j?venes, nadie podr? distinguir, por su cuerpo, a un obrero de un estudiante, a un fascista de un antifascista; lo que a?n era factible en 1968.?
???? Los problemas de un intelectual perteneciente a la intelligencija son distintos de los de un partido y de un hombre pol?tico, aunque a lo mejor la ideolog?a sea la misma. Quisiera que mis actuales contradictores de izquierda comprendieran que estoy en condiciones de darme cuenta de que, en el caso de que el desarrollo sufriera un paro y se volviera atr?s, si los partidos de izquierda no apoyaran al Poder vigente, Italia se desmembrar?a sencillamente; si por el contrario prosiguiera el desarrollo tal como ha comenzado, el llamado ?“compromiso hist?rico?” ser?a indudablemente realista por ser la ?nica forma de intentar corregir dicho desarrollo, en el sentido indicado por Berlinguer en su informe al CC del Partido Comunista (ver L?’Unit?, 4-6-1974). De todos modos, as? como a Maurizio Ferrara no le competen los rostros, a m? no me compete esta maniobra de pr?ctica pol?tica. Como m?ximo, tengo el deber de ejercer quijotescamente y quiz? extrem?sticamente mi cr?tica sobre la misma. ?Cu?les son, pues, los problemas??
???? Aqu? tenemos uno, por ejemplo. Dec?a en el art?culo que ha suscitado esta pol?mica (Corriere della sera, 10-6-1974) que los responsables reales de las tragedias de Mil?n y de Brescia son el gobierno y la polic?a italiana: porque si el gobierno y la polic?a hubieran querido, no habr?an sucedido esas tragedias. Est? claro. Y ahora quiz? se burlar?n de m? si digo que tambi?n nosotros los progresistas, los antifascistas, los hombres de izquierdas, somos responsables de esas tragedias. Porque no hemos hecho nada en todos estos a?os: 1) para que hablar de ?tragedia de Estado? no fuera algo normal, y para que todo acabara; 2) (y lo m?s grave) no hemos hecho nada para que no haya fascistas. S?lo, los hemos condenado aligerando nuestra conciencia con nuestra indignaci?n; y cu?nto m?s fuerte y petulante era la indignaci?n m?s tranquila quedaba nuestra conciencia.?
???? En realidad nos hemos comportado con los fascistas (y hablo sobre todo de los j?venes) en modo racista, es como si r?pida y despiadadamente hubi?ramos querido creer que estuvieran racialmente predestinados a ser fascistas, y que ante tal decisi?n de su destino no hubiera nada que hacer. Y no lo ocultemos: todos sab?amos, dentro de nuestra conciencia, que cuando uno de aquellos j?venes decid?a volverse fascista, se trataba de algo puramente casual, no se trataba m?s que de un gesto irracional y sin motivo: quiz? hubiera bastado una sola palabra para que aquello no hubiera ocurrido. Pero ninguno de nosotros nunca ha hablado con ellos ni se les ha dirigido. Inmediatamente los hemos aceptado como representantes inevitables del mal. Y a veces se trataba de muchachos y muchachas adolescentes de dieciocho a?os, que no sab?an nada de nada, y que se hab?an lanzado a la horrible aventura simplemente por desesperaci?n.?
???? Pero no pod?amos distinguirlos de los otros (no digo de los Otros extremistas, sino de todos los otros). ?sta es nuestra pavorosa justificaci?n.?
???? El padre Zosima (?y se trata de literatura!) en seguida supo distinguir, entre todos los que estaban hacinados en su celda, a Dmitrj Karamazov, el parricida. Y levant?ndose de su asiento fue a postrarse ante ?l. Y lo hizo (como le dir?a despu?s al m?s joven de los Karamazov) porque Dmitrj estaba destinado a hacer la cosa m?s horrible y a soportar el m?s inhumano de los dolores.?
???? Piensen (si se sienten con fuerzas) en el muchacho o en los muchachos que fueron a poner las bombas en la plaza de Brescia. ?No es como para levantarse e irse a postrar ante ellos? Seguramente eran j?venes de pelo largo, o con bigotito al estilo de principios de siglo, llevaban cintas en la cabeza o gorros calados hasta los ojos, eran p?lidos y presuntuosos, su problema era el de vestirse a la moda, todos igual, tener un Porsche o un Ferrari, o motos y conducirlas como peque?os arc?ngeles idiotas llevando detr?s chicas decorativas y modernas, de esas que est?n a favor del divorcio, de la liberaci?n de la mujer y del desarrollo en general... Eran j?venes como todos los dem?s: nada los distingu?a en ning?n modo. Aunque hubi?ramos querido, no habr?amos podido ir a postrarnos ante ellos. El viejo fascismo, aunque fuera a trav?s de la degeneraci?n ret?rica, distingu?a; el nuevo fascismo -que es toda otra cosa- ya no distingue: no es human?sticamente ret?rico, es americanamente pragm?tico. Su fin es la reorganizaci?n y la homologaci?n brutalmente totalitaria del mundo.?

* En el Corriere della sera bajo el t?tulo ?“El Poder sin rostro?”

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24 giugno 1974. Il vero fascismo e quindi il vero antifascismo *

?Che cos?’? la cultura di una nazione? Correntemente si crede, anche da parte di persone colte, che essa sia la cultura degli scienziati, dei politici, dei professori, dei letterati, dei cineasti ecc.: cio? che essa sia la cultura dell'intelligencija. Invece non ? cos?. E non ? neanche la cultura della classe dominante, che, appunto, attraverso la lotta di classe, cerca di imporla almeno formalmente. Non ? infine neanche la cultura della classe dominata, cio? la cultura popolare degli operai e dei contadini. La cultura di una nazione ? l'insieme di tutte queste culture di classe: ? la media di esse. E sarebbe dunque astratta se non fosse riconoscibile - o, per dir meglio, visibile - nel vissuto e nell?’esistenziale, e se non avesse di conseguenza una dimensione pratica. Per molti secoli, in Italia, queste culture sono stato distinguibili anche se storicamente unificate. Oggi - quasi di colpo, in una specie di Avvento - distinzione e unificazione storica hanno ceduto il posto a una omologazione che realizza quasi miracolosamente il sogno interclassista del vecchio Potere. A cosa ? dovuta tale omologazione? Evidentemente a un nuovo Potere.?
???? Scrivo "Potere" con la P maiuscola - cosa che Maurizio Ferrar? accusa di irrazionalismo, su ?l?’Unit? (12-6-1974) - solo perch? sinceramente non so in cosa consista questo nuovo Potere e chi lo rappresenti. So semplicemente che c?’?. Non lo riconosco pi? n? nel Vaticano, n? nei Potenti democristiani, n? nelle Forze Armate. Non lo riconosco pi? neanche nella grande industria, perch? essa non ? pi? costituita da un certo numero limitato di grandi industriali: a me, almeno, essa appare piuttosto come un tutto (industrializzazione totale), e, per di pi?, come tutto non italiano (transnazionale).
???? Conosco, anche perch? le vedo e le vivo, alcune caratteristiche di questo nuovo Potere ancora senza volto: per esempio il suo rifiuto del vecchio sanfedismo e del vecchio clericalismo, la sua decisione di abbandonare la Chiesa, la sua determinazione (coronata da successo) di trasformare contadini e sottoproletari in piccoli borghesi, e soprattutto la sua smania, per cos? dire cosmica, di attuare fino in fondo lo "Sviluppo": produrre e consumare.?
???? L'identikit di questo volto ancora bianco del nuovo Potere attribuisce vagamente ad esso dei tratti "moderati", dovuti alla tolleranza e a una ideologia edonistica perfettamente autosufficiente; ma anche dei tratti feroci e sostanzialmente repressivi: la tolleranza ? infatti falsa, perch? in realt? nessun uomo ha mai dovuto essere tanto normale e conformista come il consumatore; e quanto all'edonismo, esso nasconde evidentemente una decisione a preordinare tutto con una spietatezza che la storia non ha mai conosciuto. Dunque questo nuovo Potere non ancora rappresentato da nessuno e dovuto a una ?mutazione? della classe dominante, ? in realt? - se proprio vogliamo conservare la vecchia terminologia - una forma "totale" di fascismo. Ma questo Potere ha anche "omologato" culturalmente l?’Italia: si tratta dunque di un?’omologazione repressiva, pur se ottenuta attraverso l'imposizione dell'edonismo e della joie de vivre. La strategia della tensione ? una spia, anche se sostanzialmente anacronistica, di tutto questo.
???? Maurizio Ferrara, nell?’articolo citato (come del resto Ferrarotti, in ? Paese Sera ?, 14-6-1974) mi accusa di estetismo. E tende con questo a escludermi, a recludermi. Va bene: la mia pu? essere l?’ottica di un ? artista ?, cio?, come vuole la buona borghesia, di un matto. Ma il fatto per esempio che due rappresentanti del vecchio Potere (che servono per? ora, in realt?, bench? interlocutoriamente, il Potere nuovo) si siano ricattati a vicenda a proposito dei finanziamenti ai Partiti e del caso Montesi, pu? essere anche una buona ragione per fare impazzire: cio? screditare talmente una classe dirigente e una societ? davanti agli occhi di un uomo, da fargli perdere il senso dell?’opportunit? e dei limiti, gettandolo in un vero e proprio stato di ?anomia?. Va detto inoltre che l?’ottica dei pazzi ? da prendersi in seria considerazione: a meno che non si voglia essere progrediti in tutto fuorch? sul problema dei pazzi, limitandosi comodamente a rimuoverli.
???? Ci sono certi pazzi che guardano le facce della gente e il suo comportamento. Ma non perch? epigoni del positivismo lombrosiano (come rozzamente insinua Ferrara), ma perch? conoscono la semiologia. Sanno che la cultura produce dei codici; che i codici producono il comportamento; che il comportamento ? un linguaggio; e che in un momento storico in cui il linguaggio verbale ? tutto convenzionale e sterilizzato (tecnicizzato) il linguaggio del comportamento (fisico e mimico) assume una decisiva importanza.
???? Per tornare cos? all?’inizio del nostro discorso, mi sembra che ci siano delle buone ragioni per sostenere che la cultura di una nazione (nella fattispecie l?’Italia) ? oggi espressa soprattutto attraverso il linguaggio del comportamento, o linguaggio fisico, pi? un certo quantitativo - completamente convenzionalizzato e estremamente povero - di linguaggio verbale.
???? ? a un tale livello di comunicazione linguistica che si manifestano: a) la mutazione antropologica degli italiani; b) la loro completa omologazione a un unico modello.
???? Dunque: decidere di farsi crescere i capelli fin sulle spalle, oppure tagliarsi i capelli e farsi crescere i baffi (in una citazione protonovecentesca); decidere di mettersi una benda in testa oppure di calcarsi una scopoletta sugli occhi; decidere se sognare una Ferrari o una Porsche; seguire attentamente i programmi televisivi; conoscere i titoli di qualche best-seller; vestirsi con pantaloni e magliette prepotentemente alla moda; avere rapporti ossessivi con ragazze tenute accanto esornativamente, ma, nel tempo stesso, con la pretesa che siano ?libere? ecc. ecc. ecc.: tutti questi sono atti culturali.
???? Ora, tutti gli Italiani giovani compiono questi identici atti, hanno questo stesso linguaggio fisico, sono interscambiabili; cosa vecchia come il mondo, se limitata a una classe sociale, a una categoria: ma il fatto ? che questi atti culturali e questo linguaggio somatico sono interclassisti. In una piazza piena di giovani, nessuno potr? pi? distinguere, dal suo corpo, un operaio da uno studente, un fascista da un antifascista; cosa che era ancora possibile nel 1968.
???? I problemi di un intellettuale appartenente all?’intelligencija sono diversi da quelli di un partito e di un uomo politico, anche se magari l?’ideologia ? la stessa. Vorrei che i miei attuali contraddittori di sinistra comprendessero che io sono in grado di rendermi conto che, nel caso che lo Sviluppo subisse un arresto e si avesse una recessione, se i Partiti di Sinistra non appoggiassero il Potere vigente, l?’Italia semplicemente si sfascerebbe; se invece lo Sviluppo continuasse cos? com?’? cominciato, sarebbe indubbiamente realistico il cosiddetto ?compromesso storico?, unico modo per cercare di correggere quello Sviluppo, nel senso indicato da Berlinguer nel suo rapporto al CC del partito comunista (cfr. ?l?’Unit? ?, 4-6-1974). Tuttavia, come a Maurizio Ferrara non competono le ?facce?, a me non compete questa manovra di pratica politica. Anzi, io ho, se mai, il dovere di esercitare su essa la mia critica, donchisciottescamente e magari anche estremisticamente. Quali sono dunque i miei problemi?
???? Eccone per esempio uno. Nell?’articolo che ha suscitato questa polemica (?Corriere della sera?, 10-6-1974) dicevo che i responsabili reali delle stragi di Milano e di Brescia sono il governo e la polizia italiana: perch? se governo e polizia avessero voluto, tali stragi non ci sarebbero state. ? un luogo comune. Ebbene, a questo punto mi far? definitivamente ridere dietro dicendo che responsabili di queste stragi siamo anche noi progressisti, antifascisti, uomini di sinistra. Infatti in tutti questi anni non abbiamo fatto nulla:
???? 1) perch? parlare di ? Strage di Stato ? non divenisse un luogo comune, e tutto si fermasse l?;
???? 2) (e pi? grave) non abbiamo fatto nulla perch? i fascisti non ci fossero. Li abbiamo solo condannati gratificando la nostra coscienza con la nostra indignazione; e pi? forte e petulante era l?’indignazione pi? tranquilla era la coscienza.
In realt? ci siamo comportati coi fascisti (parlo soprattutto di quelli giovani) razzisticamente: abbiamo cio? frettolosamente e spietatamente voluto credere che essi fossero predestinati razzisticamente a essere fascisti, e di fronte a questa decisione del loro destino non ci fosse niente da fare. E non nascondiamocelo: tutti sapevamo, nella nostra vera coscienza, che quando uno di quei giovani decideva di essere fascista, ci? era puramente casuale, non era che un gesto, immotivato e irrazionale: sarebbe bastata forse una sola parola perch? ci? non accadesse. Ma nessuno di noi ha mai parlato con loro o a loro. Li abbiamo subito accettati come rappresentanti inevitabili del Male. E magari erano degli adolescenti e delle adolescenti diciottenni, che non sapevano nulla di nulla, e si sono gettati a capofitto nell?’orrenda avventura per semplice disperazione.
???? Ma non potevamo distinguerli dagli altri (non dico dagli altri estremisti: ma da tutti gli altri). ? questa la nostra spaventosa giustificazione.
???? Padre Zosima (letteratura per letteratura!) ha subito saputo distinguere, tra tutti quelli che si erano ammassati nella sua cella, Dmitrj Karamazov, il parricida. Allora si ? alzato dalla sua seggioletta ed ? andato a prosternarsi davanti a lui. E l?’ha fatto (come avrebbe detto pi? tardi al Karamazov pi? giovane) perch? Dmitrj era destinato a fare la cosa pi? orribile e a sopportare il pi? disumano dolore.
???? Pensate (se ne avete la forza) a quel ragazzo o a quei ragazzi che sono andati a mettere le bombe nella piazza d? Brescia. Non c?’era da alzarsi e da andare a prosternarsi davanti a loro? Ma erano giovani con capelli lunghi, oppure con baffetti tipo primo Novecento, avevano in testa bende oppure scopolette calate sugli occhi, erano pallidi e presuntuosi, il loro problema era vestirsi alla moda tutti allo stesso modo, avere Porsche o Ferrari, oppure motociclette da guidare come piccoli idioti arcangeli con dietro le ragazze ornamentali, si, ma moderne, e a favore del divorzio, della liberazione della donna, e in generale dello sviluppo... Erano insomma giovani come tutti gli altri: niente li distingueva in alcun modo. Anche se avessimo voluto non avremmo potuto andare a prosternarci davanti a loro. Perch? il vecchio fascismo, sia pure attraverso la degenerazione retorica, distingueva: mentre il nuovo fascismo - che ? tutt?’altra cosa - non distingue pi?: non ? umanisticamente retorico, ? americanamente pragmatico. Il suo fine ? la riorganizzazione e I?’omologazione brutalmente totalitaria del mondo.

* Sul "Corriere della Sera" col titolo "Il Potere senza volto"?

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Pier Paolo Pasolini. Palabra de corsario - Madrid 2005

Madrid 2005: Exposici?n - Ensayos: Indice - Pagine corsare: Sumario